miércoles, 20 de marzo de 2013

Suite sempiterna

Que las cosas cambian es una verdad inquebrantable. Que los amigos se pierden, que las personas se mueren. Que tarde o temprano, todo, todo esto que hemos conocido, nos lo quitan. Todo esto se acaba.
O no.

Vamos a bailar. Vamos a olvidarnos de la pesadilla durante el tiempo que dure este baile, esta música, esta suite sempiterna que nos impide perdernos. Dejemos que se acerque, sutil e invisible, danzad al ritmo, desapareced durante la eternidad que dura un segundo. No sabemos cuándo ha empezado, ¿sabemos cuándo acabará? Es posible que no, que nunca lo sepamos. Para mí, es razón suficiente para vivir.

Me lo quieren quitar. Me lo quieren arrancar de las manos. Esto que he ido coleccionando durante mi corta vida, con el sudor de mi frente, con mis sentidos y mis engaños. Que no, que no quiero. Que esto es mío y me pertenece, y me va a pertenecer siempre. Que intenten quitármelo. Que intenten arrebatármelo.

A ver si tienen huevos.

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