lunes, 29 de septiembre de 2014

Polvo olvidado

      No hay perdón para ninguno de nosotros. No hay piedad. No hay paciencia. No hay divinidades ni oraciones ni recuerdos ni momentos. Incluso el polvo ha sido olvidado. Ya no queda nada. Un vacío sutil que aterra tanto o más que cualquier herida.

      Es curioso, pero siento que es un terror leve, casi tierno. Es desesperanza, sí, pero también es resignación. Quizás sea así como deberíamos vivir. Temerosos, frágiles, perdidos, pero conscientes. Conscientes de la muerte, pero también de la vida. Olvidar el polvo y recordar el futuro. Y dejar que fluya, como una vez llegué a fluir contigo, pero, esta vez, completamente solo.

lunes, 8 de septiembre de 2014

La inercia, tercera parte

      "Nuestras almas trituradas y nuestros sueños convertidos en ceniza. Eso es el futuro. Eso es la inercia. Atrévete a decirme ahora que queda algún dios en esta habitación. Atrévete a susurrar oraciones de esperanza. Persígnate, imbécil. Aquí solo estamos tú y yo. Y pronto, muy pronto, ni siquiera eso."

Inercia, segunda parte

       "No hay manera de purgar todos estos cuerpos. Y sabemos que no queda tiempo. Sabemos que no queda piedad. Todos nosotros lo sabemos. Que solo nos queda dejarnos llevar por la inercia. Dejarnos llevar hasta que ya no podamos brillar más. Y entonces, solo entonces, descansar."