lunes, 6 de julio de 2015

No rota del todo

      Su cabeza sangra. Sangra mucho, pero no está rota. No rota del todo. Hay una minúscula grieta imposible de cerrar. La buena noticia es que por esa grieta, hiriente y casi invisible como el ojo de una aguja, caben muchas cosas. Cabe la persona que siempre quiso ser, cabe el hijo que siempre quiso tener, el amigo que nunca abandonó, el amor que nunca tuvo. Caben mil calmas, mil momentos, mil besos y mil abrazos. Caben viajes, juegos, años, cuentos. Diminutos pedacitos de vida fluyen como el agua y se acomodan en los interminables huecos, aún sin cicatrizar, de la grieta. 

      Su cabeza sangra. Hay una grieta. No hay problema.