Sonrío y centro
en tu cara la mirada,
y tú te callas,
ofreces todo por nada.
O no te entiendo,
o no sabes que me engañas,
y el no saberlo
es el porqué del "me abrasas".
Y, volveremos a salir
acosados por mil hadas,
hechizados por las brujas
del jardín de las palabras.
Volveremos a encontrar
la senda de los poemas,
y podré explicarte al fin
por qué tus besos me queman.
"Se acaba el tiempo",
me susurras con la calma
de un riachuelo
que se pierde entre la nada.
Y no te pierdo
hasta que no estés ardiendo,
por el pecado
condenada a los infiernos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario