Nos daremos los abrazos más suicidas
en tormentas de consuelo y de placer,
en los rastros temblorosos de otras vidas,
en sonrisas dibujadas
sin mirar y sin querer.
Perderemos la conciencia y los recuerdos,
añorando los silencios del ayer,
destrozando todo a base de venenos,
disfrazados en cubatas
de ginebra o de ron miel.
Ves que aquí se ha hecho tarde,
que anochece más temprano cada vez.
Ves que quise engañarte,
que pude olvidarte,
pero estás hecha de venas de papel.
¡Yo he venido aquí a reírme! ¡A hacer poesías preciosas a otra parte, duuh!
ResponderEliminarJIA JIA JIA Pues estamos apañaos.
EliminarSi te digo la crítica que ha hecho mi madre del poema...
ResponderEliminar¿LE HAS ENSEÑADO ESTO A TU MADRE?
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