viernes, 10 de mayo de 2013

Maniobra de Heimlich

Suena Johnny Cash en la doscientos treinta y tres,
has tirado un vaso y ha caído del revés.
Lo he intentado todo pero no ha salido bien
y has torcido el rumbo de las leyes.

Nos bañamos con lo puesto, no me vayas a robar
los recuerdos y el dinero que gané haciéndolo mal.
y he logrado con el tiempo apaciguar mi tempestad
y te encuentro ahogada en la bañera.

Desfibrilador, por Dios despierta de una vez,
maniobra Heimlich, no te vayas aún, joder.
Dime algo, puta, no te volveré a perder,
y la ley de Murphy nos golpea sin querer,
y allá te vas,
y yo tras de ti.
Y aún no conjugamos bien el verbo "despedir",
y no corras más,
porque voy tras de ti.
Y te encuentro inerte como un puto maniquí.

Y me aferro al hierro que cubre tu odio por mí,
y te saco de los pozos donde te ibas a fundir,
puñetazo en mi mejilla, "esto no termina así",
y te vas, así mejor, ramera.

Han pasado muchos meses y no puedo recordar
la fuente que dio comienzo a nuestro odio irracional,
dos bestias incongruentes de mentalidad fatal,
somos la basura de este mundo.

Me llamas por la mañana, en tu voz noto el pavor,
"Ya no puedo más, me voy" yo: "No lo hagas, por favor".
Llego sudoroso a la doscientos treinta y tres,
sin saber aún lo tarde que es.

Desfibrilador, por Dios despierta de una vez,
maniobra Heimlich, no te vayas aún, joder.
Dime algo, puta, no te volveré a perder,
y la ley de Murphy nos golpea sin querer,
y allá te vas,
y yo tras de ti.
Y aún no conjugamos bien el verbo "despedir",
y no corras más,
porque voy tras de ti,
Y te encuentro inerte como un puto maniquí.

Por Dios no corras más,
porque voy tras de ti,
y aflora el pasado en el que fui una vez feliz.
Que no corras más,
porque voy tras de ti,
maniobra Heimlich en tu inerte maniquí.

Suena Johnny Cash en la doscientos treinta y tres...

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