sábado, 29 de diciembre de 2012

Nunca seré el malo de Seven

Que sí que estamos locos. Que no sabemos lo que queremos.

Voy a dejar pasar otro año sin decirle a una persona que la quiero de corazón. No amantes, ni diosas, ni reinas. Amigos, o familiares. Todos caben en mi aparente falta de humanidad.

No sé lo que siento pero sé que siento algo. Sé que no estoy muerto y sé que no soy uno de esos psicópatas peligrosos que acaban siendo detenidos por la inspectora Beckett, o por Horatio Caine. Sé que no soy un sociópata incomprendido y sé que nunca seré el malo de Seven. Pero entonces, qué.

¿Por qué no lloro por esas personas? ¿Por qué no estoy seguro de si me espanta el dolor de mi madre, o me asusta más el hecho de que algún día me encuentre en su misma situación? ¿Soy egoísta, únicamente? ¿Soy una persona normal, pero egoísta? No lo sé. No lo sé, joder.

Nolosénolosénolosénolosé.

ESTOY ESCRIBIENDO ESTA MIERDA PORQUE NO SÉ QUÉ MÁS HACER.

No hay comentarios:

Publicar un comentario