Voy a tirar tus esperas a un pozo sin fondo,
para así no pensarte si me quedo solo,
bailar bulerías con la Santa Muerte,
cagarme en tus muelas sin tener que verte.
Y aunque tiremos un dado y nos salga un siete,
y hallemos serpientes de sangre caliente,
quememos las casas de los gatos negros
y nunca rompamos un trozo de espejo.
Y aunque encontremos un trébol de doscientas hojas,
y no levantemos faldas a las monjas,
cuelgue en mi llavero pata de conejo,
y pise mil mierdas sin verlas de lejos...
No caerá esa breva a la diosa Fortuna,
que nos tiene ganas, la muy hija de puta.
Y ya no nos queda ni abrigo ni suerte,
y en un par de días no quiero tenerte.
Abrázame fuerte, que me voy de aquí,
tranquila, mujer, que vuelvo a por ti.
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