jueves, 12 de junio de 2014

Hablar del Diablo

      Un martes me di cuenta de que tú y yo nunca habíamos hablado de Dios. Noté que a menudo mencionabas al Diablo, pero nunca a Dios. Yo no entendía nada. ¿Era por temor? ¿Temías más a Dios que al propio Diablo? Y si así fuera, ¿Era aquello muy valiente o muy cobarde? No pude dormir durante varios días.
      Un sábado te tropezaste y te hiciste una herida. Fui a socorrerte, y entonces vi la sangre negra y lo entendí todo.

1 comentario: