miércoles, 28 de agosto de 2013

Trompetas del infierno

Entraste medio a escondidas
en busca de más de un beso,
comenzaste un juego eterno
del que no te escaparás.
Te encontraste en un aprieto,
coreaste un grito al cielo,
me dijiste "estoy jodida",
no te lo pude negar.

Y en las noches que le sigan
 no podrás dormir tranquila,
te perdiste antes de tiempo
 y no te pude alcanzar,
y así olvidamos lo que fuimos
 y no seremos jamás,
quemando fotos en una hoguera,
 en un solar.

Abres puertas imposibles,
 dejas salir la verdad.
Tu familia se persignan,
 se aproxima un gran final,
y tu mundo ahora se agrieta
 sin paciencia ni piedad,
hay cornetas y trompetas,
 suena una orquesta infernal.

Apareciste en mi casa
 con la cara desgarrada,
arañazos en tu cuerpo, 
y las uñas destrozadas.
Mi gritaste sin consuelo
 "Cabrón, me vas a matar",
me reí "Pero cariño,
 tu moriste tiempo atrás".
Y rompiste los espejos
 entre llantos y delirios,
te asomaste a la terraza
 y perdiste el equilibrio,
te agarraste a la baranda,
 te fallaron los tobillos.
Te perdí como quien pierde
 un reloj que ya es antiguo.

A veces me sorprendí
 extrañándote algún día,
pero siempre lo olvidaba
 con una ducha muy fría,
y así pasaban los años,
 algo faltos de alegría,
alguna mujer a medias, 
de nombre Ana o María.

Quizás sí sea verdad
 que siempre queda algún pero,
una espina que se clava,
 y te empieza a doler luego.
Quizás con todos tus huesos
 se rompió mi voluntad,
mitad se partió tu cráneo,
 mitad mi felicidad.

Te hablo por si en tu infierno
 aún me puedes escuchar,
espero alguien que me diga
 que lo hiciste todo mal,
que yo no tengo la culpa,
 que sigues muerta, y ya está.
Escapar de tu memoria,
 harto de andar hacia atrás.

Ahora estoy algo mejor,
 a veces inquebrantable,
aunque siempre duermo solo
 y las noches son brutales,
y te recuerdo en los días
 en que fuimos inmortales,
corriendo entre los arbustos
 como meros animales.

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