viernes, 28 de febrero de 2014

La espera

      Puedes oírles respirar. Cuando cruje la madera del piso, o cuando vibran las paredes de la habitación. Cuando el viento agita las cortinas en su baile espectral, y la luna sonríe lastimera a través del cristal. Puedes oírlos. Están ahí, esperando. Suenan sus gemidos, y sus lágrimas humedecen el techo del pasillo. Piensas que estás solo, pero ellos nunca se van. Al otro lado del espejo, ellos te observan. En las esquinas sombrías, ellos te vigilan. Entre las flores del jardín, ellos te esperan. Calma, aliento, horror.

      Ellos te esperan.

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