Juzgados. El escenario está vacío. El Sapo aparece, se planta en el centro del escenario y mira hacia el público.
Sapo: En ocasiones os siento cercanos, amigos, hermanos y amantes de tiempos
pasados que vuelven, tarde o temprano, a mi regazo, a mi hedionda vera.
Otras veces, sin embargo, os encuentro raquíticos, consumidos por
instintos salvajes y pasiones destructivas. Me teméis y adoráis con
igual magnitud, soy vuestro pánico más racional, vuestra amiga y vuestra
condena. Henchidos de bravura y cólera, os enfrentáis a mis besos con uñas y
dientes, pero no os servirá de nada. Soy de todos y de nadie. Los
solitarios se acercan a mí, inconscientes. Los amantes me rechazan, pero
en ocasiones se atreven a jugar conmigo. Los suicidas me diluyen en sus
botellas de alcohol, esperándome pacientes al final de su último trago.
Los niños no me conocen, y los viejos no me recuerdan. Permito que
bailéis conmigo al ritmo que marca mi danza macabra, pues hubo un tiempo
en el que os traté como a iguales. Soy vuestro único amor verdadero,
vuestro misterio y vuestro secreto. No hace falta que vengáis a mí,
esperaré. No demasiado, pero esperaré. Soy sombra y neblina, soy vacío y duda. Soy la Muerte, y siempre espero.
La luz se apaga.
Fin del entreacto
:O
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