jueves, 20 de febrero de 2014

El rey de las ratas, acto tercero

Juzgados. Todos los animales, excepto el Mono, se reúnen en torno al Rey Rata.

Rey:  Temed, miembros del Consejo de animales. Pues he hallado al fin al culpable de aquel terrible crimen.
Mariposa: ¡Habla entonces!
Búho: ¡Adelante, yo no tengo miedo!
Oso: ¡La verdad, por el Dios Gusano!
Conejo: ¡Estamos impacientes!

El Mono aparece en el escenario. Todos se giran hacia él. El Mono se acerca tambaleándose, escupiendo el mismo líquido negro y espeso que tosió el Rey Rata, y goteándolo por manos y pies descalzos. Cuando se une a la reunión, vuelven a mirar todos al Rey Rata.
Rey: Durante los últimos días, he investigado a todos y cada uno de los animales del Consejo. La realidad, la realidad que temíais, es que todos los que aquí estamos teníamos razones para cometer tal crimen.
Búho: ¡Falacias!
Mariposa: Avergonzante.
Conejo: ¿No es cierto, Mariposa, que el Sapo aplastó tus flores?
Mariposa: Tan cierto como que se burló de la torpeza del Oso.
Oso: Sin olvidarnos del día que atacó con piedras al Búho, solo para divertirse.
Búho: ¿No era el Sapo tu fiel consejero y confidente, Rey de las Ratas? El que conocía todos tus secretos, buenos y malos.
Rey: Así es. Todos somos sospechosos, a excepción del Mono.
Búho: El Mono está muerto.

Todos miran hacia el Mono, que apenas hace un movimiento.

Sapo: ¿Quién me mató, entonces? ¿Fue un ardid que entre todos planeasteis?
Búho: ¡Otra acusación injusta!

Mariposa: ¡Esto ya pasa de castaño a oscuro!
Oso: Comparto tu opinión, por esta vez.
Rey: Gusano.

Los animales se quedan en silencio.

Sapo: ¿Qué has dicho, Rey de las Ratas?
Rey: Es el Gusano.
Conejo: ¿El Gusano?
Mariposa: Dios Gusano, para ti.
Rey: Nunca está. Pero siempre está. En nuestras palabras. En nuestras miradas. En nuestras maldiciones. Es el Dios Gusano. La bestia. El monstruo. Amante de cadáveres. Recolector de muerte. La Parca invertebrada.
Oso: Explícate, Rey de las Ratas.
Rey: Todos nosotros lo hemos alojado. Todos nosotros lo acogimos y adoramos. Entre sombras y terciopelo, el Gusano se convirtió en nuestro huésped. Sangre pétrea, del color del alquitrán. El Dios Gusano mató al Sapo, y después al Mono.
Búho: ¡El Mono se suicidó!
Rey: ¡Igual que hizo el Sapo, poseído por la rabia y el lamento que el Gusano deja a su paso!
Conejo: ¡Bromeas!

El Mono empieza a bailar.

Mono: ¡El Sapo está muerto! ¡El Mono está muerto! ¡El Dios Gusano nos mató! ¡EL DIOS GUSANO NOS MATÓ!
Mariposa: Pero entonces... ¿No fue ninguno de nosotros?
Rey: El Gusano mata. El Gusano mata. El Gusano mata.
Sapo: Uno de nosotros, sin lugar a dudas, lleva aún al Dios Gusano en su sangre.
Búho: Nos hemos vuelto locos, definitivamente.
Rey: Dios Gusano.
Sapo: Dios Gusano.
Mono: Dios Gusano.
Conejo: Dios Gusano.
Mariposa: Dios Gusano.
Oso: Dios Gusano.
Búho: Dios Gusano.

Todos los personajes empiezan a escupir el líquido negro y espeso, y este empieza a cubrir sus cuerpos. Poco a poco, en una danza extraña y retorcida, los animales van cayendo al suelo y quedándose estáticos. Al final, solo quedan el Rey de las Ratas y el Sapo en pie.

Sapo: Uno de vosotros me mató.
Rey: El Dios Gusano.
Sapo: Sí, el Dios Gusano. ¿Pero cuál de todos?

El Rey de las Ratas se desploma en el suelo, y el Sapo baila su danza una última vez. La luz vuelve a encenderse y apagarse de forma intermitente, y poco a poco todos se levantan para rodear al Sapo. La luz se apaga definitivamente.

Fin de la obra

3 comentarios:

  1. :O
    inquietante, la verdad pero aun asi me gusta :D

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  2. Gracias beibi, todo tiene una explicación perfectamente razonable, aunque me alegro de que te guste aún sin saber de qué coño va XD

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  3. https://www.youtube.com/watch?v=zZXyVHTWfME
    puede que me odies por poner esto aqui pero almenos ya te avise y tu me diste la idea... jajajaja
    por lo menos que te guste
    loveyou <3

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