sábado, 1 de junio de 2013

Los inconscientes

      El tiempo avanza muy lento en esta maldita ciudad. Es lo único que sé ahora mismo. Hace un año que Carol se fue. Me han parecido miles. Miles de años condenado a esta... vida. ¿Se le puede llamar vida?
      Mi hermana me mira fijamente desde el otro lado del local, apoyada en la pared mientras da sorbos a su lata de cerveza. Sabe que me pasa algo, pero supongo que no sabe el qué. Aparto la mirada. No puedo evitar contener el enfado. Carol murió hace justamente un año y nadie parece acordarse. O se hacen los tontos, los ciegos, los sordos, los inconscientes.
      Constan y ZD charlan animadamente con Amelia, nuestra nueva compañera de piso. Mi hermana Ximena y ella han hecho buenas migas, y hoy la ha invitado a venir a beber a nuestro punto de encuentro, un local viejo en el centro, propiedad de los padres de ZD. Doy un trago a mi refresco e intento aislarme una vez más, regresar a mi mundo, mi mundo con Carol. Pero no puedo. Cuando vuelvo al mundo real, descubro que ya no solo Xim, si no todos mis amigos, incluida Amelia, dirigen su atención hacia mí, preocupados.
- ¿Te pasa algo, colega? -me pregunta ZD, entre intrigado y burlón-. ¿Te ha sentado mal tu zumito de uva?
      Xim se acerca a mí, propinándole en el camino una colleja a ZD. Se sienta sobre mis piernas y me besa en la frente.
- Has tenido un día raro.
- No.
- No soy ciega, Izzy.
- Déjame, Xim.
      Ximena se masajea los ojos. Está borracha. Borracha y preocupada por mí. Como siempre. No deberíais preocuparos por mí, deberíais dejarme en paz de una puta vez, deberías atender a vuestros propios problemas y permitir que me consuma, poco a poco, hasta morir.
      Noto que Amelia no se encuentra precisamente cómoda. Es la única que no sabe qué diablos está pasando. Constan ha agachado la cabeza, seguramente para que nadie le vea llorar. ZD se limita a apoyar su mano en mi hombro. Gracias, ZD, pero si es lo máximo que puedes hacer para animarme, no te molestes.
      Ximena da otro sorbo de su cerveza, se acomoda en mi regazo y comienza a acariciarme el pelo.
- Nadie se ha olvidado de Carol, Izzy -cualquiera lo diría-. Pero necesitamos pasar página.
      ¿Pasar página? Pasad página, por supuesto. Seguid con vuestras vidas. Búscate una nueva mejor amiga, Xim. Amelia parece una buena opción. ¡Genial, Xim, sal con Amelia! ¡Te olvidarás pronto de Carol! Y tú, Constan, puedes olvidarte de ella también. Tampoco erais tan amigos, al fin y al cabo. ¡Estuvo, pero ya no! ¡A quién le importa! ¿Qué me dices tú, ZD? La conocías desde, ¿cuándo? ¿desde que teníais diez años? ¡Tú mismo nos la presentaste!
- Sé lo que estás pensando -Xim se encoge de hombros-. No me importa. Seguiremos adelante.
- Es lo mejor, Izzy -la apoya ZD.
      Constan se limita a asentir con la cabeza, sin llegar a levantarla. Amelia nos mira a todos con cara de situación, pero no dice nada.
- Bien. Pasad página -aparto a Xim de forma un tanto brusca y me levanto de la butaca. Me dirijo a la salida del local, temblando de ira-. Yo me quedaré atrás. Con ella.
      Doy un portazo con todas mis fuerzas, lo que me hace sentir mucho mejor. Más calmado. Iré a casa, me acostaré. Intentaré dormir. Y así terminará el día. El día que se cumple un año del asesinato de mi novia.

Foto: xvadix

No hay comentarios:

Publicar un comentario