domingo, 16 de junio de 2013

La paciencia

      Despierto incandescente y te miro de reojo, te bañas en un pozo de gloria y de despojos. Perdemos los minutos, arrugamos bien el tiempo, el límite es el suelo, brillamos como fuego. Descargamos las armas, bebemos de ilusión, no dejo que te vayas, censuramos el adiós. Y entiendo que son cosas que se funden en los huesos, permito un par de errores y se marchan con el viento. No veo el firmamento, subimos la montaña, seremos los gigantes que dominen la mañana. Rapsodia de hojarasca, tormentas veraniegas, saltar entre universos, no entiendo cómo juegas.

      Juegos de niños, escondite en la neblina. Luego me explicas, que me pierdo en tu alegría. Observamos lo pasado desde un punto traicionero, tú entiendes el engaño pero yo parezco ciego. Y esperamos algo extraño que se te hace conocido, yo  soy paciente y tonto, pero desagradecido.

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