martes, 30 de abril de 2013

Veintidós

Nací en el regazo de un moribundo abril, mecido por los brazos de una nueva década. Me he arrepentido de tantas cosas, desde entonces, que podría perder la cuenta. Pero las cosas buenas... las cosas buenas han estado ahí. Las cosas buenas que arrancan sonrisas, que diluyen los malos recuerdos. Las cosas buenas también se acaban. Los momentos perfectos no van a volver. Vendrán otros tan perfectos como los anteriores, quizás mejores, pero no serán los mismos. Y, como un niño que pierde a su peluche, yo no quiero algo mejor, yo quiero algo que ya tenía. Yo añoro los mejores años, y de forma innata rechazo los nuevos que vendrán. Tengo veintidós.

Y doce, y ocho. Tengo seis. Tengo tres. Tengo uno.

2 comentarios: