domingo, 6 de abril de 2014

Todo

      Lo odio. Lo odio todo. Odio los bares, con su música de mierda. Odio a las tías con sus minifaldas y sus peinados y sus caras pintadas como puertas, y a los tíos con su pelo engominado y sus putas camisas negras o blancas o grises abrochadas hasta el penúltimo botón. Odio salir de fiesta y entender que ese no es mi sitio, que quiero huir de ahí. Odio tu puta felicidad insoportable, tu capacidad para disfrutar los momentos sin pensar en las consecuencias, tu inocencia y tu ignorancia. Odio que lo bueno se acabe y que, mientras tú saboreas su diminuto rastro, yo me arañe la cara porque ni siquiera pude llegar a catarlo. Odio saber que tendrás tu repugnante vida perfecta, que sentirás y amarás tanto como yo odio, y que jamás podrás entenderme. Te odio a ti. Sobre todas las cosas. Quienquiera que seas.

1 comentario: