Intentamos estirar acero, forzar algo tenue e intangible que nunca nos perteneció. Es triste, pero ya somos mayores y va siendo hora de admitir lo que tanto temíamos. Que va a doler mucho. Todo esto, desde el principio hasta el final, va a doler más de lo que nos imaginábamos. Yo no sé si podré soportarlo. Pero si no lo logro, si me quedo a la mitad del camino, si me niego a luchar, hacedlo vosotros por mí. Brillad como yo quise hacerlo, por lo menos una vez.
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