domingo, 27 de diciembre de 2015

Los demonios

      Cariño, los demonios han llegado. Han entrado en mi ciudad vacía porque las puertas estaban abiertas de par en par. He oído que traen rostros de ángeles y sonrisas humanas. Cariño, los demonios están engañando a esta ciudad vacía. Me han prometido cosas buenas pero sé que no tienen intención de cumplirlas. No quiero escuchar lo que me dicen ni quiero que me engañen pero, al fin y al cabo, son tan hermosos que dudo que sean realmente malos. Cariño, acabarán entrando aquí. Sé que te prometí que nunca nos despediríamos, pero las circunstancias han cambiado. Me voy de esta ciudad vacía, y tú deberías hacer lo mismo. Aquí ya no nos queda nada. Ojalá pudiera decir que me voy a librar de ellos, pero sé que me seguirán allá donde vaya. Me muerden en la cabeza y me arañan y me hacen desear mil millones de años en el infierno. Joder, son tan retorcidamente hermosos que me abruman. Córtame. Córtame. Córtame. Córtame, cariño. Arráncame. Desgarra. Rompe. Rompe rompe rompe rompe rompe haz lo que haga falta pero quítamelos. Quítamelos de una vez porque si no no tendré más remedio que quitarme yo. Mata, si es necesario, cariño. Si no hay más remedio, si no queda otra solución, por favor, por lo que más quieras, empieza a matar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario