jueves, 22 de enero de 2015

La piel, los huesos y la voz

      El fuego que fue es ahora piedra. Yo me niego y me aferro y no quiero irme. Porque este es mi hogar, y de verdad, no quiero irme. Pero qué voy a hacer si no dejan de arrastrarme, de tirar de mis piernas y de mis brazos, de amenazar con romperme el tiempo y la vida si no me voy con ellos. Yo soy triste y paciente y no tengo valor para enfrentarlos. Vosotros tenéis aún un pequeño resquicio de esperanza. No queda mucho, pero si suficiente. He oído que vais a morir también vosotros. Fingiré que no me da pena. He oído que nada sale según lo planeas. Fingiré que me importa. A estas alturas, no soy más que la piel, los huesos y la voz de mi recuerdo, feo e idiota. A estas alturas, no sé si queda algo. Pero tampoco me interesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario